Para la mayoría de la gente, una postal es algo que se envía cuando se está de vacaciones; sin embargo, muchas empresas se están dando cuenta del valor de las postales como herramienta de marketing.
Con presupuestos ajustados y recursos limitados, las empresas buscan cada vez más un método de gran impacto y bajo coste para llegar a sus clientes potenciales. Aunque el correo directo ha sido reconocido desde hace mucho tiempo como un método para hacer llegar un mensaje, tradicionalmente se han utilizado cartas/sobres. Sin embargo, postal aprovechan el dicho "una imagen vale más que mil palabras" y son, por tanto, una forma muy visual de transmitir su mensaje a los consumidores. Además, siempre que la postal esté bien diseñada, el impacto se produce en cuanto el destinatario la coge: no necesita abrir un sobre ni leer párrafos de texto bienintencionado.
En términos generales, suele haber dos enfoques diferentes para una campaña de postales, y el más adecuado depende obviamente de sus objetivos y de su público.
Un enfoque muy popular es una campaña teaser en la que el objetivo clave no es revelar detalles sobre sus productos o servicios, sino dejar al lector preguntándose quién envió la postal y cuál era el mensaje. La postal puede incluir un imagen abstractaUna postal puede ser una pieza de un rompecabezas o incluso una fotografía relacionada con el producto o servicio con un pie de foto, pero sin más detalles. Suele ir seguida de otra postal con información adicional, o puede limitarse a indicar el sitio web de la empresa para que los lectores busquen activamente más información.
Por otra parte, las empresas pueden optar por un enfoque más informativo, explicando su producto o revelando ciertos detalles. Sin embargo, las campañas más eficaces deben incitar al cliente a la acción, lo que generalmente se consigue dejando algún elemento de misterio en la postal que le haga desear conocer más detalles.
Hay algunas consideraciones a tener en cuenta para crear postales de primera:
- Que sea breve pero concisa. La idea de la postal es despertar el interés del cliente y generar clientes potenciales, lo que significa que el mensaje debe ser lo más sencillo posible. No intente explicar todos los detalles, sino que proporcione información que deje al lector con ganas de saber más. Si procede, asegúrese de que la información de contacto relevante -ya sea el nombre de la empresa, la dirección o el sitio web- esté disponible para que puedan obtener más información.
- Todo es cuestión de impacto visual. Las campañas de postales se basan en el impacto visual que proporcionan a sus lectores, por lo que hay que considerar cuidadosamente las imágenes y los titulares. Si se trata de una imagen realmente bonita, tendrá una vida útil más larga y dará más que hablar.
- Considere detenidamente las listas de distribución: ¿se dirige a todos los habitantes de una zona concreta o a hogares con determinadas características? Puede ser fácil dejarse llevar, pero controlar a quién se envía la postal también le ayudará a trabajar dentro de un presupuesto específico.
- Por último, no desperdicie sus esfuerzos imprimiendo en cartulina fina, endeble o de aspecto barato: lo ideal es de 400 g/m².
Me encantaba coger postales gratis en el cine. Algunas tenían diseños muy chulos y me hacían mirar las páginas web.