En un intento por consolidar su "ADN de marca", The Guardian ha desvelado sus directrices oficiales para garantizar una evolución constante en lugar de una revolución.
Al igual que el antiguo diseñador de Facebook Ben Barry, Alex Breuer y Chris Clarke se enfrentaron a un gran reto al ser nombrados directores creativos de The Guardian. El objetivo era aunar la miríada de estilos, colores y patrones diferentes que conforman la marca The Guardian en general.
Esta tarea requirió que la pareja trabajara con su equipo para idear una estrategia que permitiera una fácil comprensión de la marca en toda la empresa, con los valores de cada departamento y de toda la empresa fácilmente comprensibles para los lectores. El primer punto del orden del día fue la tipografía, que se comparó con la letra de un ser humano. Es el primer punto de contacto con el lector y tiene que ser reconocible al instante. El tipo de letra se ha fijado ahora con una selección de 8 varios y una guía para recomendar cuándo deben utilizarse.
El siguiente elemento crucial de la marca que evaluaron los nuevos directores creativos fue el color. Los colores dan pistas a los lectores y permiten una navegación armoniosa a través del periódico; hablando de armonía, los colores utilizados deben ir siempre juntos y evitar el choque; esto facilitará el viaje a través del periódico y hará que las señales sean convenientes para sugerir el tipo de artículo.
El resultado es un vasto paisaje de identidad, complejo pero en perfecto funcionamiento. Más que una cabecera, hay un sentido de pertenencia a cada elemento y funcionan como engranajes para mover la marca como una sola, esto se reconoce desde el más pequeño favicon de su logotipo "roundel" hasta la teoría del color detrás del contenido de las diferentes secciones. Alex y Chris no han terminado aquí; ahora la marca puede seguir evolucionando con un marco claro y un sentido de la dirección que permita la articulación y la expresión con unos cimientos sólidos y un espacio claro para el crecimiento.